Última etapa de formación de todo Jesuita, Sacerdote y Hermano, antes de nuestra incorporación definitiva en la Compañía de Jesús.
Se trata de un tiempo (seis meses en promedio) en el que se vuelven a vivir las experiencias fundamentales del noviciado para que el jesuita, hermano o sacerdote, alcance una síntesis de su formación espiritual, apostólica e intelectual y sea plena y definitivamente incorporado a la Compañía de Jesús.
Después de la Tercera Probación, si el jesuita ha sido considerado apto para ser incorporado total y definitivamente en la Compañía, ésta lo invita a hacer sus últimos votos. Se trata de los mismos votos de pobreza, castidad y obediencia emitidos al finalizar el Noviciado, pero esta vez públicos y solemnes.